miércoles, 17 de junio de 2015

Un mundo maravilloso

Lo que vas a leer no es un relato propagandístico de un programa de Discovery Channel, ni la reseña de una genial película. Ambos están, pero como vehículo para recorrer un camino que pretende entrar al patio de tu empatía y golpear la puerta de tu corazón.


¿Has pensado que pasaría si tienes sed, y al abrir la canilla no sale agua, y te enteras que nunca más volverá a salir?

Tenemos los recursos tan a la mano, y la tecnología nos provee tanto de manera constante, que dejamos de pensar lo que sucede detrás. Vivimos cada vez más aislados, en una burbuja compuesta por dispositivos móviles, auriculares, internet en todos lados, con la sensación que todo está disponible, y solo depende de uno mismo conseguir las cosas.

Entonces... ¿Con qué fin vivimos en sociedad?

Las aristas de esta inquietud son tantas, que estoy seguro que hay toneladas de libros escritos por gente muy sesuda, entre las que no me incluyo, pero nada me impide hacer el ejercicio de pensar al respecto.

Trataré de sintetizar la respuesta (si es que eso es posible) en dos características, para reducir el recorrido que de por sí es largo. Vivimos en sociedad esencialmente porque necesitamos:
  • Contacto e intercambio con otros seres humanos. 
  • Aprovechar los recursos tanto como se pueda, porque es difícil conseguirlos.

En la isla, con Bear Grylls

En este reality (clic aquí para acceder a su página oficial), podemos ver a un grupo de trece británicos comunes, casi como tú o yo, que son dejados durante un mes en una pequeña isla del Pacífico, con solo lo que llevan puesto, mas dos cuchillos y dos machetes. Eso sí, un vasto equipamiento de filmación para que ellos se auto-registren la experiencia, con tres de ellos entrenados como camarógrafos.

Lo primero que surge, casi desde el minuto uno, es lo difícil de conseguir recursos directamente de la naturaleza cuando no están dadas las condiciones, por más que estemos en un grupo. Porque incluso, el ser varios aumenta el grado de complejidad en varios aspectos.

Por favor amigo lector, te recomiendo que le dediques un tiempo, porque allí tomarás consciencia de varias cosas, por ejemplo, cuán difícil es alimentarnos e hidratarnos, cuánto tiempo demanda, cuánta gente se requiere, cuánto trabajo físico plantea, cuánta exploración, cuánta salud, cuánta organización, cuánta voluntad, y una lista interminable de "cuántos", solo para alimentarnos e hidratarnos.

Estamos tan acostumbrados a acudir al almacén para comer un poco de pan y abrir una canilla para tomar agua, que hemos perdido la consciencia de lo que hay detrás de esas acciones tan sencillas. Decenas de miles de años de evolución, desarrollo de tecnología y organización. Y millones de muertos. Un círculo virtuoso que empezó por juntarnos, protegernos, ayudarnos, compartir esfuerzos, ser más eficientes para alimentarnos, ganar tiempo para desarrollar tecnología, juntarnos más aún, ayudarnos más aún y ganar más tiempo para desarrollar tecnología.

La tecnología, es consecuencia de vivir en sociedad.

Estos trece hombres logran sobrevivir porque tienen dos cuchillos y dos machetes, y porque encuentran traídos por el mar, elementos de la modernidad como utensillos para hervir el agua, botellas para almacenarla, sogas, hilos, y muchas cosas más que son producto de la tecnología moderna. Y si no fuese por ello, estoy seguro que más de uno hubiese muerto en solo un mes, con una cámara filmando su deceso. Así de vulnerables somos y así de fácil podemos morir. Alcanza con abrir la canilla y que de ella no salga agua nunca más.

El círculo vicioso de la muerte

Lo primero que buscan estos "náufragos", es la forma de hidratarse. Hace mucho calor, y caminar diez metros consume energía. Esto no es problema cuando tenemos un almacén cerca, o cuando tenemos dinero para ir al almacén. Cuando no tenemos ninguna de estas cosas sí es un problema, porque hay que reponer esa energía gastada de alguna manera.

Debe ser muy angustiante ver un océano inmenso lleno de agua salada que no se puede beber, y estar sediento, sin una canilla para abrir y tomar agua fresca. Esto es lo primero que experimentan. Hasta que encuentran un charco de agua dulce bastante mugrienta, que así como está, resulta intomable. Deciden hervirla, pero entonces viene el siguiente problema. Para hervirla se necesita fuego.

Claro, nosotros vamos a la alacena, agarramos fósforos, prendemos la hornalla de gas natural comprimido de la cocina, y hervimos los litros que se nos antojen obtenidos en segundos de la canilla. Eso si no hicimos la tarea de ir al almacén a comprar un bidón de 5 litros de agua mineral, fresquita, rica y potable. 

Éstos náufragos no tienen esa opción. Ni la canilla, ni la alacena, ni los fósforos, ni la hornalla con gas natural comprimido. Primero tuvieron que buscar la forma de tener un recipiente para hervir el agua (por suerte el mar se los había dejado), luego tuvieron que buscar leña, y por último, lo más difícil de todo: prender el fuego. Cuando observas que tardaron más de un día en prender un "fueguito", al borde la debilidad física y mental, empiezas a comprender esos miles de años de evolución, tecnología y organización que te mencioné antes.

A ésto se le suma un componente muy relevante que los comunes generalmente desconocemos. No solo es difícil alimentarnos e hidratarnos, sino que de no hacerlo, aún más difícil será.

Bear Grylls lo explica como un círculo vicioso: si no nos alimentamos e hidratamos, menos capacidades tenemos de proveernos lo necesario para ello, y si tenemos menos capacidad, no lo haremos suficiente, pero si no es suficiente, menor aún será la capacidad de hacerlo, y así sucesivamente.

Este círculo vicioso hace aflorar ciertos comportamientos, que en el reality quedan muy expuestos, y son muy parecidos a los que vivimos en nuestra sociedad real.

Vagos pobres, o pobres vagos

Entre los trece náufragos, y con el correr de los episodios, podemos observar características muy interesantes que reflejan a la mayoría de las sociedades. Solo voy a reflexionar brevemente sobre algunas.

La primer cosa que me viene a la cabeza, es que en este show, pobres son todos. Son tantas las carencias a las que se enfrentan, que me arriesgo a decir que son más que pobres, son todos indigentes.

La segundo que discierno, es que la pereza y la vagancia, no tienen nacionalidad. Los británicos son igual de perezosos y vagos que los demás.

Lo siguiente que se nota, es que la pereza y la vagancia, en apariencia, están ligadas a una costumbre personal, a una experiencia de la infancia, a cuestiones genéticas, a la alimentación, y a varias cosas más, que a las meras ganas de estar tirado sin hacer nada. En este caso, se nota mucho la pereza y la vagancia como producto de la depresión y de la falta de energía. No han incorporado nutrientes, y no es tan fácil gastar las pocas energías que tienen cuando su cerebro evalúa que no van a reponerlas prontamente.

Otra cuestión que se observa es que una vez que resolvieron el problema de hidratarse, solo piensan en comida. No pueden pensar en otra cosa que en comida. Y ese pensamiento agudo les impide usar el cerebro para razonar estrategias que persigan conseguirla.

En este escenario, empiezan a surgir diferentes personalidades. El que logra priorizar el razonamiento para resolver el problema. El incansable. El que no lo logra, pero que tiene voluntad para colaborar con las ideas del que sí puede. El que no piensa, ni tiene voluntad, pero siente vergüenza de ser una carga. El que se deprime y se queda tirado, y no le importa nada. El que se frustra e insulta. El que se las sabe todas. El egoísta que afirma que cuando consiga no compartirá con los vagos. El violento. El líder. Muchas personalidades diferentes, y algunas, en la misma persona.

Otro asunto, es que algunos de los más viejos saben que si no hacen algo se quedan sin el pan y sin la torta, en cambio, en algunos de los más jóvenes, se deduce que si no tienen pan, en algún momento aparecerán las tortas. Pero las horas pasan, y las tortas no vienen, y no solamente son vagos y dependientes, sencillamente no les da la cabeza para otra cosa que sentirse víctimas, sufrir por su realidad, y ponerse en dramática espera a que los rescaten, que alguien les de un poco de "algo", sencillamente porque son incapaces, son dependientes.

Más adelante, impacta ver como esos vagos y dependientes, una vez que logran superar sus limitaciones mentales, dejan florecer al sobreviviente. Y aquí empezamos a vislumbrar el sendero principal del recorrido por el que te estoy llevando, amigo lector.

El náufrago catorce

Una de las situaciones que se notan en esta serie de televisión, es que mientras pretendieron resolver los problemas cada uno con su propio accionar individual, todo se les hizo muy difícil. Solo cuando decidieron organizarse, tener un líder, respetar reglas de conjunto, y pensar para todos, empezaron a fluir notorias mejorías, hasta ser eficientes en satisfacer sus necesidades básicas, llegando incluso al grado de sentirse felices como conjunto.

En la isla, ninguno tiene más que los demás respecto de los bienes, ni más oportunidades, ni nada. No hay diferencias. Es más contundente todavía. Todos tienen las mismas carencias económicas. 

Pero sí las hay, y son diferencias muy notorias, respecto de sus capacidades para sobrevivir, porque la historia, oportunidades y edad de cada uno es fundamental. 

Sin embargo, organizarse, creo que fue posible porque se trata de un grupo homogéneo:
  • Todos, incluso los vagos y dependientes de este show, hasta que llegan a la isla un mes atrás, son británicos bien alimentados, con cerebros desarrollados normalmente, educación, acostumbrados a tener un mercado al cuál acudir para comprar pan, a tener un dinero para comprarlo, y a abrir una canilla para tomar agua fresca, rica y potable.

Ahora sí, una pausa...
  • ¿Somos conscientes que NO todos somos británicos bien alimentados y educados, dejados en una isla hace solo un mes?
...

Me pregunto qué hubiese pasado si hubiesen puesto un participante que desde que nació padeció desnutrición, deshidratación, frío extremo, calor extremo, lluvia, inundación, que fue abusado sexualmente desde los 4 años, golpeado, obligado a mendigar en el subterráneo y también a robar.

Me pregunto qué hubiese pasado si a ese niño le ofrecían drogas, si las hubiese tomado para evadir tal realidad. Si a los 15 ya mató a su primer víctima para poder seguir comprando droga, y pasó 20 años en la cárcel donde lo volvieron a violar, golpear y todo lo que se nos ocurra.

Me pregunto qué hubiese pasado si apenas salido de la cárcel, lo hubiesen mandado con este grupo a la isla. El sobreviviente número catorce. El vago y dependiente número catorce.

Me pregunto si el número catorce hubiese logrado organizarse. Si su cerebro funciona de la misma manera. Si tiene capacidades para funcionar en grupo. Si los valores que tiene son los mismos. Si el respeto por la vida es similar.

Una nueva pausa...

  • ¿Dará lo mismo tener las carencias de un náufrago en una isla por un mes, que haberlas padecido desde el primer día de su nacimiento?

El número quince 

No es necesario irse al extremo de poner un asesino como el náufrago catorce. Podemos poner a Juan Pérez, el héroe de esta genial y muy entretenida película mexicana "Un mundo maravilloso" de Luis Estrada, cuyo final es tremendo. 




Juan Pérez es vago, vividor y ventajero. No es mal tipo. Tiene hermosos deseos internos. No le quiere hacer mal a nadie. Solo quiere una familia y ama a Rosita. Pero está tan acostumbrado a ser un paria, que "ser alguien" será algo desconocido y desconcertante. 

A veces uno cree que él quiere pero no lo dejan, otras veces que lo quiere fácil, otras veces que lo quiere de arriba. Se pueden extraer varias conductas malas y despreciables. 

El asunto es si además de Juan Pérez, podemos notar la isla en el Pacífico alrededor de Juan Pérez. Si podemos detectar a los británicos bien alimentados y educados, al náufrago catorce (si lo hay), y si podemos descubrir que Juan quizás es el náufrago número quince.

Porque cuando miramos a alguien sucio, harapiento y borracho, si NO notamos su isla, jamás veremos a un náufrago. Solo veremos un vago.

La realidad supera a la ficción

Si logré llevarnos a destino, espero que puedas reflexionar sobre el reflejo de nuestra sociedad en estos shows.

Tan acostumbrados estamos a abrir la canilla y que salga agua, que creemos que el trabajo existe porque sí, que no es algo que debemos construir como sociedad. No somos conscientes que cada uno de nosotros tiene que ver con que éste exista y que también subsista.

Espero que hayas comprendido tu rol, dentro de los trece náufragos, que si solo piensas en ti mismo, varios morirán, incluso tú mismo, porque nadie es completamente auto-suficiente en este mundo moderno.

Tu no podrás hacerte médico para curarte, y al mismo tiempo hacerte ingeniero para construir tu vehículo y armamento para cazar, arquitecto para construir tu casa y que no se derrumbe, experto en aguas potables y cloacas, ingeniero de energía eléctrica para prender tu bombilla, y PRETENDER TENER UNA VIDA PROLONGADA. Quizás puedas hacer todo eso sin el lado profesional, como en la antigüedad, y sobrevivir hasta los treinta años, como en la antigüedad. Y tu hijo viviría lo mismo que tú. Tres décadas.

Lo que tienes hoy, no lo tienes porque viene en las gotas de lluvia. Lo tienes porque el ser humano se ha organizado para ello, y porque piensa y actúa como conjunto. Algunos se organizaron antes, y son más poderosos que otros. Otros no se terminan de organizar y pensar en conjunto, entonces son relegados o aplastados.

Ese es uno de los fundamentos de vivir en sociedad y el porqué lo hacemos. Estar organizados para sobrevivir. Para que las dificultades y carencias de vivir en la isla, no nos aniquile. Porque todos somos náufragos, solo que algunos nacieron entre los británicos bien alimentados, y otros no.


Pescar en el desierto

Uno de los resultados de organizarse, es crear fuentes de trabajo. Pero ¿qué sucede cuando no estamos lo suficientemente organizados para crear suficientes? Es increíble cómo tanta gente, con educación y experiencia, dice que le cuesta conseguir trabajo pero mandan a los náufragos que reciben una ayuda del Estado a trabajar. 

¿Hace falta aclarar que la ayuda es consecuencia de la falta de trabajo?

¿Hace falta aclarar que menos capacidades de trabajar tendrá quien carece de suficiente educación, experiencia, o recursos intelectuales y físicos?

¿Hace falta aclarar que el Estado ya genera más trabajo que el que puede, con su fin natural como son la salud, seguridad y educación, pero que además lo hace con la obra pública, trenes y aviones?

Alguien sesudo dijo algo parecido a: "enseñar a pescar en lugar de regalar el pescado".

A lo que otro sesudo agregó: "quieren que les demos la caña de pescar, en lugar de los pescados, pero quieren que los mandemos a pescar en el desierto".

Yo agrego que primero le doy de comer, para que pueda entender cuando le enseñe a pescar. Pero si después no le cedo un pedazo de mar para que pesque, tarde o temprano me va a venir a pedir pescado. Y si en ese momento, lo trato de vago porque ya le enseñé a pescar, entonces soy un hijo de puta.


Twitter: @yodisiento
Buenos Aires, Argentina


P.D.: No puedo dejar de recomendarte otra película tremenda de este director y mismo actor. La dictadura perfecta



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