jueves, 20 de febrero de 2014

Yuna Kim, otra mentalidad deportiva - Sochi 2014

Aquél que tenga la posibilidad de admirar el Patinaje artístico sobre hielo, y entender un poquito de él, va a comprender lo increíblemente difícil que es cada salto, y va a poder apreciar la proeza de esta chica Yuna Kim.


Y aquél que no entiende, igualmente va a apreciar la belleza de su presentación.

Lo que acaba de pasar en los juegos olímpicos de invierno en Rusia es impresionante. El nivel de este año es elevadísimo por la cantidad de competidoras de gran calidad. Lamentablemente no hay videos de ese evento, pero los que puse aquí son de este año y casi con la misma rutina. Iré agregando si aparecen. Parece que hay mucho tema de copyright en estas Olimpíadas.

Esta chica, ayer terminó primera con dos presentaciones perfectas. Y por ser la mejor, en la presentación de hoy que es la que define, se presentaba en último lugar.

Un par de presentaciones antes, hizo lo suyo la rusa Adelina Sotnikova, también impresionante, aunque tuvo un ínfimo error casi imperceptible para los neófitos como yo. Le dieron 149.95. Ese puntaje es como ser Einstein, dar un examen, y que Sheldon Cooper te reste unas décimas porque te comiste un acento. O sea, sobrenatural y bordeando la perfección absoluta.

Aquellas atletas, porque la verdad bailarina es insultarlas, que son muy buenas, obtienen entre 120 y 130. Pero hay que ser muy buena para eso. Para obtener más de 140 no hay que ser de este mundo. Y la rusa tuvo una presentación de extraterrestre. ¿Pero 149,95?

La tercera en discordia, la italiana Carolina Kostner, con una presentación sin fallas de otra galaxia, fue recompensada con unos 142,61. Atrás había quedado una de las japonesas, Mao Asada, una campeona con prestigio, quien ejecutó un triple Axel, que es como hacer un gol desde la línea del corner, pero con una chilena, y pegándole con el taco. O sea, no existe. Pocos lo logran realmente, y ella es la segunda en toda la historia de competencias olímpicas. Porque pocos lo intentan. El riesgo de caerse y que los puntos se vayan al tacho es enorme. Tal vez la japonesa no tenía nada que arriesgar porque ayer le fue un poco mal y no peleaba por el podio. Pero contribuyó para su ego, su reivindicación, y la ovación del público. Aún así, se llevó 142,71.

Y vos Adelina, ¿149,95?

En fin. Cuando le tocó el turno a quien todos esperábamos, Yuna Kim, sabíamos que la presión era gigantesca. Ayer, las tres en disputa terminaron por un pelo de diferencia, con lo cual había que alcanzar 149,4 por lo menos. O sea, elevarse al rango de semi dios y hacer la rutina incluso sin la fuerza de gravedad.

Lo que hizo Yuna Kin fue magistral, poético. Perfección pura para mis ojos ignorantes. «Cada vez que ella salta, no podés creer con la perfección que aterriza. La gracia, todo. » Nadie, ni el conductor, ni el atleta bailarín que estaba como comentarista, dudaban de haber estado en presencia de la mejor presentación, y por supuesto el máximo puntaje.

Yo pensaba, antes que ella empezara a hacer lo suyo, con mi exitismo argentino y futbolero, que es hora de arriesgar. Estoy seguro que la mina sale a la cancha a llevarse todo por delante y descuidar el arco. Un pequeño resbalón y es fracaso seguro. Te cuesta el segundo, el tercero, y hasta el décimo lugar. No se jode con los resbalones. No se puede pisar dos milímetros más allá ¿no entendes? No importa. Hay que hacer 149 macho. Con un doble Axel salís subcampeón. Una porquería «según se vive por estos lados». Yo pensaba, la mina hará todo lo que sabe, y en cualquier momento se manda un triple Axel y ahí no la agarra ni Usain Bolt.

No.

Hizo lo que sabe y lo hizo perfecto. Y le dieron 144,19.

En todos lados se cuecen habas. Parece que hubo choreo en Rusia y la dorada se tenía que quedar en casa. Al final la observás a Yuna Kim rozagante, en el podio por supuesto, con su plateada, agradecida, disfrutando su segundo lugar entre miles de millones que jamás podrían hacer ni siquiera medio Axel. Por haber hecho su maravilla sin haber arriesgado algo, quedó segunda por unas décimas. Una fracasada.

Como Reutemann, el eterno segundo. Como Boquita, que no hace mucho en copas importantes salió solo subcampeón. Como la selección argentina, que solo llegó a cuartos la última vez. Como la esquiadora argentina en Rusia, Macarena Simari Birkner, que llegó 20 de 39. Todos unos fracasados ¿no?

Yuna Kim y la misma rutina que en Sochi 2014

Mao Asada y su triple Axel

Adelina Sotnikova

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