Devaluación no es igual a inflación. Una devaluación no implica necesariamente pérdida de poder adquisitivo indiscriminado.
Para entender eso vas a tener que seguir leyendo, pero si no te interesan cuestiones económicas (mal hecho), al menos lo que quiero decirte es que si todo explota, no es exclusivamente por las medidas económicas que se tomaron, sino también por cómo somos los argentinos y nuestra conducta como empresarios y consumidores.
Devaluación hicieron varias veces en la historia argentina y siempre el resultado fue desastroso. ¿Por qué los grandes países exportadores devalúan y no les va tan mal como a nosotros? Yo quiero hacer hincapié en esto, porque pienso que ahí está la clave de nuestro futuro. Es quizás donde siempre nos equivocamos, estemos en el modelo que estemos.
El análisis lo haré desde la perspectiva que somos un país normal y serio, como se pregona que queremos ser, apto para un modelo liberal de mercado. Lógicamente, si lo fuéramos, no desearíamos serlo, y eso será el principal escollo. Pero te invito a recorrer un viaje de reflexión, como si lo fuéramos.
Yo no fui, ¿fuiste vos? alguien fue...
Cuando los empresarios inescrupulosos dan rienda suelta a su viveza, los precios suben indiscriminadamente. Controlar a esos empresarios y no consumir lo que producen es esencial, pero si seguimos consumiendo, entonces empezamos mal. Acá tenemos una clave.
Al mismo tiempo, el pueblo no se tiene que hacer el vivo y aprovechar esto para tratar de lastimar a un gobierno por el solo hecho que no me gusta el modelo o me dicen que la devaluación es una mala palabra. La devaluación es un instrumento que usan todos los países del mundo para fortalecer sus exportaciones, y eso en sí mismo no es una medida contra su pueblo, aunque devaluar nunca es una medida simpática.
Si el nuevo modelo empieza a dejar a la gente sin trabajo será por achicamiento del Estado, de la quita en Inversión Social, y de la total desidia por el comportamiento del mercado. Ahí tenemos que llenar las plazas. Pero no tenemos que iniciar una histeria colectiva por estas medidas económicas, especialmente sin conocer todo lo que está involucrado y cuánto tenemos nosotros que ver.
Cuando la gente empieza a consumir atentando contra sí misma es una gran responsable de las consecuencias. Porque si ahora que podés comprar libremente en China por internet te ponés a comprar de todo indiscriminadamente (hasta medias, me consta por propios ojos), estás contribuyendo a que la gente se quede sin trabajo. En ese caso, continuamos mal.
Por lo tanto, es fundamental entender lo que significan las medidas para actuar en consecuencia.
Mirar la obra con un ojo tapado
Si nos quedamos con que en estos días se hizo transferencia de miles de millones de pesos de los pobres a los ricos y nada más, es como tratar de entender un obra mirando solo la mitad del escenario. Porque si bien es verdad que la transferencia se está haciendo y a muchos nos indigna, tenemos que hacer el esfuerzo por mirar todo el escenario.
Para eso tendremos que ampliar nuestro rango de observación. Voy a tratar de hacerlo simple para que lo entienda todo el mundo, pero siempre desde la mirada de alguien que entiende solo un poco sin ser un especialista.
Devaluar la moneda significa que se necesitan más pesos para comprar la misma cantidad de dólares, o bien, que por la misma cantidad de dólares ahora me darán más pesos. Esto tiene sentido para aquello que sea comercializado en esa moneda extranjera. Si se comercializa en pesos, la devaluación no tendría por qué considerarse.
Una de las patas del problema como dije antes, está en la viveza de los empresarios de este país, que llevan el porcentaje de devaluación directo a la suba de precios, o bien, que dolarizan sus inventarios. No me voy a poner a analizar ahora los motivos por los cuáles los empresarios hacen esas cosas. Simplemente me voy a enfocar en analizar el escenario de las medidas tomadas por el gobierno y si se hacen las cosas bien y solidariamente, entender el porqué de no caer en pérdida de trabajos y de poder adquisitivo.
Pero volvamos a la práctica empresarial argentina. Si soy importador y casi todos mis costos están en dólares, si la devaluación fue de un 40%, aumento un 40%. Una primer mentira, casi nadie tiene todos sus costos en dólares. La luz no se paga en dólares, los alquileres tampoco, los empleados tampoco. Pero bueno, si importo todo, aumento un 40%. Un fabricante que importa solo una parte, igual aumenta un 40%. Un productor que no importa casi nada, igual aumenta un 40%. En fin, si nadie me pone un límite, aumento un 40% por las dudas.
En cambio el empresario que hace las cosas bien y solidariamente, si tiene un 5% de sus costos en dólares, aumenta sus precios solo
el cuarenta del cinco (el 40% del 5%). Esto es clave para entender que una devaluación del 40% no tiene por qué provocar una inflación del mismo porcentaje. Es por eso que se habla de una inflación adicional de un 5% para el mes de diciembre. Es una inflación altísima, pero fijate que estamos hablando de una pérdida de poder adquisitivo del 5%, y no del 40%. Es más, se habla de un 3,5%, que obviamente se suman al 2,5% que veníamos teniendo por mes con el modelo anterior. Es decir, que si la inflación para este año, en la mayoría de las consultoras iba a rondar un 28%, ahora debería ser de un 31,5%.
No soy ingenuo. Cuando el gobierno anterior devaluó la moneda un 23% en enero del 2014, los empresarios, especialmente los de la cadena alimenticia, aumentaron un 40%. ¿Qué nos asegura que esta vez podría funcionar? Por el lado de la "solidaridad" de los empresarios, nada. Por el lado de la conducta del consumidor, también nada lo asegura. Lo que sí es seguro, que si seguimos haciendo las mismas cosas frente a una devaluación, el resultado siempre será el mismo. Desastre. Y ese resultado, a menos que seas exportador, no es algo que le va a tocar al gobierno que detestás o al vecino. Te va a tocar a vos también.
Nunca digas de esta agua no he de beber
La clave más importante dentro de las medidas que se tomaron que podría equilibrar la balanza, es que al mismo tiempo de la devaluación, este gobierno anunció una liberación de las importaciones. Es una medida que el mundo usa también como una medida anti-inflacionaria. Esto va a provocar que muchos empresarios/fabricantes revisen bien su suba de precios, porque si se zarpan, y si un importador te vende algo muy parecido más barato, le va a quitar parte del mercado. A ver, si te sale barato importar, y encima te sale más barato el producto fabricado afuera, hay productos argentinos que no tienen chances dado que un empleado en China cobra 150 dólares por mes, y un empleado calificado en Argentina, hoy por hoy, previo a la devaluación, podía promediar los 1000 dólares.
Ahora fusionemos la devaluación con lo que cuesta un empleado calificado. El costo para el fabricante/productor o importador a precios internacionales se le reduce un 40%. Digamos que ahora un empleado calificado en Argentina le costará 600 dólares. Pero eso es lo que le cuesta a él, porque al empleado le sigue pagando los mismos pesos, con lo cuál, si al empleado los precios le suben un 3,5% como dijimos antes y se le compensa con un aumento de sueldo de un 3,5%, el empleado saldría casi hecho.
Recordemos que estamos en el terreno de las hipótesis, en la que todos hacemos las cosas bien y solidariamente.
Si el empleado gana un 3,5% más en pesos, pero resulta que un televisor le cuesta un 40% más porque en general es importado o ensamblado con casi todos materiales importados, significaría una pérdida de poder adquisitivo del 36,5%. Eso si miramos todo en número aislados, como mirando la mitad de la obra. Bueno, eso no es del todo cierto porque nuevamente viene a colación la liberación de las importaciones. El fabricante/ensamblador/productor para el mercado interno, va a necesitar abandonar la fiesta monopólica de la frontera cerrada, y va a tener que afinar la puntería de sus costos para competir.
Me voy a detener un instante. Quiero dejar afuera del término "fiesta" a todos los emprendedores argentinos que hacen las cosas bien y son solidarios. A los que tienen empresas y les importa ganar dinero tanto como la función social que cumplen al darle trabajo digno a la gente, y cobrar precios justos. Estos empresarios nunca participaron de la fiesta de la frontera cerrada. A éstos, la frontera cerrada los protegía de los consumidores no solidarios y nada más. Los que sí viven la fiesta, son aquellos que nos tienen de rehén, que tienen el mercado cautivo y les importa un bledo cumplir una función social además de ganar dinero. Si las campanas no te suenan, si orientas tu cabeza hacia los franceses o los chilenos capaz te empiezan a repiquetear.
Retomamos. Aunque el fabricante/ensamblador ajuste sus precios, es tanta la diferencia con China por ejemplo, que no será sencillo competir con un importador. Seamos realistas. Esto significaría pérdida de puestos de trabajo. Pero supongamos que la devaluación y la mejora de sus costos nacionales en dólares le permite sostener lo que tiene, que no despide a nadie, pero tampoco contrata. Eso solo podría ser posible si no pierde mercado, si los consumidores lo siguen eligiendo por sobre lo importado. ¡Acá es donde seguís viendo cuánto tenés que ver!
Si el valor de un producto ensamblado es solo un poco más que el de un importado, si hacés el sacrificio, si sos solidario, y le das prioridad al ensamblado, vas a estar contribuyendo con sostener puestos de trabajo, que por cascada sostienen el tuyo.
Pero si el ensamblado en el país cuesta desubicadamente más que el importado, como sucede hoy en día, vas a cuidar tu bolsillo comprando el importado. En ambos casos tu poder adquisitivo no fue necesariamente perjudicado. Claro que si siempre vas a priorizar lo importado aunque te salga dos mangos menos, y te enfermás de deseo porque los Chinos te mandan veinte pares de medias a veinte centavos de dólar, y no podés parar de hacer clic, entonces fabricante/ensamblador mejor empezá a hacer liquidaciones finales.
Y cuando las liquidaciones finales empiezan, es una cascada que jamás digas que no te va a alcanzar. Que no seas solidario, vaya y pase. Pero que encima de no serlo, seas un soberbio que se escupió el propio asado y después se queja, te convierte en un imbécil. Si te escupís el asado, por lo menos tené la dignidad de aguantártela y hacerte cargo.
En casa comemos celulares y televisores
Sigamos con la hipótesis que nadie pierde su trabajo, y analicemos que uno de los problemas del país no es comer, sino tener un Galaxy S6 Edge liberado. Ya sé, por favor, no te enojes ni me trates de estúpido. Estoy suponiendo nomás que la clase media argentina no necesita alimentarse con comida, porque al menos lo que me pareció notar es que el verdadero problema es obtener por ejemplo "galaxis eses seises edjes liberados". Convengamos que las medidas tomadas por este nuevo gobierno a priori no parecen ser para beneficiar al pobre, digo, el pobre no necesitaba que le liberen cepo alguno, ni le den la posibilidad de comprar dos millones de dólares por mes, o sea treinta millones de pesos, por mes. Pero no nos vayamos de foco.
Hoy, previo a la devaluación, en Argentina en una conocida cadena de electrodomésticos el Galaxy S mencionado sale u$s 1900 a dólar oficial, casi u$s 1400 a dólar tarjeta y u$s 1300 a dólar billete. A menos que tengas los billetes, el costo para los argentinos era de 1400 dólares. Con la devaluación del 40%, ¿sabés cuánto va a salir ahora? También u$s 1400. Al menos en el arranque de la liberación del "cepo". O sea, ¿hubo pérdida de poder adquisitivo? NO. Entonces no nos empecemos a arrancar los pelos y rasgar las vestiduras.
Sigamos analizando. En EEUU sale u$s 600 liberado, aunque seguro se consigue por 500 fácilmente. También se ensamblan en China. ¿Cuánto deben salir de costo? No sé. Pero la realidad, es que en Mercado Libre ya salían el equivalente a u$s 1400. Si ahora sale más barato importar y el producto sale más barato, van a empezar a aparecer quizás a u$s 800, y también a menos. No tenemos idea de cuánto pueden bajar, lo cierto es que, ¿hubo pérdida de poder adquisitivo? NO. Te soy sincero, creo que desde Tierra del Fuego y desde las telefónicas, nos están robando a cuatro manos desde hace años. Puede que esté siendo injusto, pero creo que tienen mucho margen. Pido perdón, pero este celular o ciertos televisores salen casi lo mismo que ciertos autos.
El asunto es que no comemos celulares ni televisores. Comemos trigo, maíz, carne y azúcar. Entonces veamos las implicancias de eso.
Nuevamente sigamos la línea del productor agrícola-ganadero solidario. El tipo vio subir su inventario un 40% en pesos. Le bajaron sus costos en dólares un 40%. ¿Por qué no baja los precios? Bueno, es que todo lo anterior es verdad y aplica siempre y cuando venda toda su producción en dólares afuera, o bien, si la vende adentro pero en pesos al mismo valor de los dólares afuera, es decir un 40% más caro, si no, es como si los beneficios nunca hubiesen existido. Lo entendés ¿no?
Éste sí es un problema difícil. No hay chances que el productor desista de subir los precios, es decir, no nos venda a precios internacionales, a menos que alguien se ponga a importar trigo, maíz, carne y azúcar y le haga competencia. Eso no va a suceder porque traer a precios internacionales es lo mismo que acá nos vendan a precios internacionales. Ergo, no va a suceder.
Como tampoco va a suceder que baje los precios gracias a la millonada que van a recibir porque le quitaron el 25% de retenciones y 5% en la soja. Como eso ganan afuera, eso también esperan recibir acá adentro. No es una locura esto, porque como a todos, el gobierno le debe retener por impuesto a las Ganancias y no por otra cosa. Como tendrán más Ganancias, esperamos que dejen de evadir y paguen todo lo que tienen que pagar para ser "solidarios" con el pueblo.
El modelo del gobierno anterior, cumplía la función de desmotivar esta práctica, basados en que afuera ganaban mucha guita como no puede ganar cualquier cristiano, para que el mercado interno se mantenga abastecido a precios locales. Claro, ahora que las materias primas salen dos guitas, es más difícil para el productor, lo entiendo. Aunque no me olvido de su "solidaridad" cuando la soja valía más que los diamantes, y cortaron las rutas de todo el país llevándolo casi a un golpe de estado. Pero bueno, el voto no positivo salvó las papas.
Ahora, en este nuevo modelo que les liberó todo, una de las patas es que el Estado intervenga con instrumentos para que los aumentos se retraigan un poco. Eso es justamente lo que dijo ayer Prat Gay que iba a hacer, que van a intervenir sobre los abusos. Te soy sincero, no le creo nada. El ministro convalidó los aumentos de las últimas dos semanas de noviembre que fueron consecuencia de sus propios anuncios anticipados, y le echó la culpa de eso al gobierno anterior. Y en la conferencia dijo que van a retrotraer al 30 de noviembre. Moraleja, dejó que suban entre un 30% y un 50% los precios de los alimentos, por lo tanto mucho no va a discutir. Los productores tienen margen para volver atrás y seguir disfrutando de la fiesta. Y mucho más margen tienen los supermercados, Molinos y Arcor. Pero al menos, el tipo dijo que va a mirar de cerca que no se cometan abusos, y en un país donde se hacen las cosas bien, es de esperar que así lo hagan.
Y si no comemos celulares, ¿cómo hacemos?
Lo que sí puede ayudar es que el mundo no está demandando tanto nuestros productos y materias primas, porque el mundo está con cierto nivel de recesión. Casi todos los países están devaluando para fortalecer sus exportaciones, con el consiguiente resultado en una menor cantidad de importaciones. A esto se le suma que EEUU está cambiando la curva de sus tasas de interés, y cuando eso sucede, empieza a aspirar dólares. En conclusión, todo este escenario podría contribuir en "hacer más solidarios" a los productores y empresarios de la cadena alimenticia argentina, para cuidar un poco más al mercado interno que es quién en definitiva hace que sus empresas funcionen. Sus empleados también necesitan alimentos.
Nuevamente, vamos a tener mejores resultados si ponemos nuestro grano de arena. Si estas navidades vamos y llenamos como locos los changuitos con trigo, maíz, carne y azúcar, seguimos haciendo mal. Consumir menos es clave, y en todo caso, no nos olvidemos que si joden demasiado, comer fideos y tomar leche importada es una opción. No será fácil, porque los alimentos argentinos son mejores, pero si La Serenísima no se pone las pilas con los supermercados, en lugar de explotar siempre al productor, dicen que en Europa se consiguen alimentos más baratos que acá. Dependerá de nuestra conducta como consumidores y demandantes.
Hasta acá cierra más o menos si no fuese que se viene una medida muy jodida, al mismo tiempo de todo lo demás. Éste nuevo gobierno está anunciando una quita de subsidios a la oferta y a la demanda. Aunque primero empiezan por la demanda, porque como siempre, el consumidor es el bobo que paga primero. Esta medida produce una suba de precios ineludible porque toda la cadena de producción se encarece.
Ahora bien, antes de salir a los gritos entendamos que esto nada tiene que ver con la devaluación. Es otra cosa. Por lo tanto pongámosla en su lugar y no mezclemos porque no hay margen para que nosotros actuemos alocadamente. Habrá aumento, sí, pero veamos en cuánto inside en nuestro salario, y no salgamos a gritar quiero un 50% de aumento de sueldo cuando la luz afecta nuestro salario en un 5%, porque si no, estaríamos haciendo lo mismo que criticamos que nos hacen los empresarios inescrupulosos con el dólar. Si nosotros ajustamos nuestras pretensiones siendo solidarios, y los empresarios son justos y solidarios en subir los precios en perfecta relación con la suba que tuvieron en sus costos de energía, quizás la inflación se mantenga contenida.
Conclusión
Como dije al principio, que todo explote y que la gente se empiece a quedar en la calle, no necesariamente será producto de las medidas que se tomaron, sino de la conducta de cada argentino ante eso.
Mantener la inflación contenida es responsabilidad nuestra también. Hasta acá, compraste la idea que la inflación era producto de la expansión monetaria, el tecnicismo de la maquinita de imprimir, y yo te venía diciendo que lo que más genera inflación es una demanda superior a la oferta y la especulación, y luego la maquinita. Esto se discute entre economistas y yo no tengo la altura para ponerme a discutirlo, excepto por cierto análisis y una comprobación empírica en la historia reciente. Menem llegó a tener mucho déficit e inflación cero. No es condición que exista la maquinita para que haya inflación. Como tampoco, el superávit fiscal, el tecnicismo de gastar menos de lo que se recauda, te garantiza el éxito. Te lo demuestran muchos países europeos. Se entiende que la maquinita debe acompañar el crecimiento de un país, ¿pero qué pasa cuándo un país no crece y la gente no tiene para comer?
Todas las medidas que tomó este nuevo gobierno apuntan a reducir la inflación con la idea que eso beneficiará al pobre, y eso incluye la quita de subsidios para recuperar el superávit fiscal. Raro pero bueno. Supongamos que sí. Ahora es momento que hagas tu parte también, porque si la culpa era del déficit, cuando desaparezca y si los precios suben, ¿de qué te vas a disfrazar?
Todo este equilibro está basado en un pilar fundamental. Este modelo fue elegido por la mitad más uno. Si el equilibrio se rompe y todo se va al cuerno, a vos que lo elegiste no me queda más que decirte que te jodas, porque se te avisó por todos lados, y te lo avisó la historia reciente del país. No estamos listos para este modelo liberal. A vos que no lo elegiste, te doy mis condolencias, porque nosotros fuimos conscientes y habremos sido víctimas.
Eso sí, lo hayas elegido o no, tu conducta seguirá teniendo todo que ver, y quién te dice, por ahí, por primera vez en la historia, de verdad empezamos a construir el país entre todos. Solo es necesario que vos, que siempre pensaste en vos mismo, que siempre pensaste que todo lo que tenés es gracias a vos solamente y a tu sacrificio exclusivo, y no a una maquinaria que funciona, es necesario que empieces a ser "solidario" con la maquinaria, que la conforman cada uno de los que tenés al lado.
Twitter: @yodisiento
Buenos Aires, Argentina